El Área Metropolitana se ha convertido en el tema de conversación, por lo menos en el imaginario de los habitantes de la sub región centro sur de Caldas; y no es para menos, pues en pocos días se decidirá en las urnas la constitución o no de esta figura administrativa intermedia de planificación.
Pero si nos vamos a las raíces del asunto, esta es una idea de la que se viene hablando hace 40 años, décadas tratando de encontrar formas de unión de unos municipios que siguen creciendo como pueden, sin una sinergia que se materialice en proyectos capitalizables para el bienestar colectivo.
Y si bien las transformaciones traen temores, la visualización de unos territorios que se conecten en sentidos de prosperidad no parece tan descabellado; no obstante, tras la decisión exclusiva de la Registraduría Nacional del Estado Civil de realizar esta consulta el 26 de noviembre de este año, se ha generado una molestia en algunos sectores, sobre todo en los que promueven el no por la prontitud del proceso democrático.
Pero vale la pena anotar que esta ha sido una propuesta que nunca se ha detenido, ni en gestión, ni en estructuración y menos en socialización; lo que pasa es que estamos acostumbrados a lo que podríamos llamar la viralización de los temas; y todos los días hay noticias que arrasan otras en cuestión de minutos, incluyendo las verdaderamente importantes.
Las solicitudes técnicas a los entes nacionales y las rigurosas conversaciones en territorio, que además han sido difundidas y han estado bajo la mirada pública, respaldan un proceso que nunca descansó; sin hablar de los hechos metropolitanos que son concebidos como pasos primarios para este fin, que debe ser superior a rencillas políticas, mitos repetidos y visión cortoplacista del territorio.
El tiempo como los recursos, nunca serán suficientes, pero debemos pensarnos en un debate permanente y constante, no solo, para esta consulta, sino para la visión y la construcción de vocaciones, para los proyectos y para las soluciones.
Hoy como nunca tendremos que pensar con respeto por el disenso, pero con la conciencia de la ciudadanía activa y en búsqueda del bien común la manera de sumar para ser mejores, complementarios y valientes; acompañando la perspectiva de futuro con corazón, razón y sin tantos PEROS en la lengua.