En la vereda El Choco, a una hora y media de Marquetalia, las vidas de Cenobia Ocampo y Yeimy Figueroa Rivera, dos madres con historias de vida inspiradoras, han sido impactadas positivamente al recibir viviendas nuevas. Junto con otras 28 familias de la región, han experimentado un cambio significativo en su calidad de vida gracias a la Revolución de la Vivienda.
Cenobia, junto a su esposo que se encuentra en tratamiento de diálisis y su hijo de 16 años, solían vivir en condiciones mínimas: un espacio donde el cuarto también servía de cocina y los cafetales funcionaban como baño. Con estas precarias condiciones, luchaban contra la enfermedad de su pareja.
«Estábamos sufriendo mucho en nuestra casa. Hacíamos nuestras necesidades en el cafetal y nos bañábamos en el patio. La casa estaba en estado crítico, sin baño, con puertas amarradas con cordones. Le agradezco a Dios, al equipo y a la comunidad que nos ayudaron a bajar los materiales, la gente se esforzó mucho», expresó emocionada Cenobia.
Por otro lado, Jenny, junto a sus tres hijos, vivían en un solo cuarto. Ahora, celebrarán una Navidad diferente en un nuevo hogar.
«Ahora podemos decir que esta es nuestra casa, la de mis hijos. Finalmente tenemos nuestra propia casa gracias al gobernador, al alcalde, a mi familia y amigos. Contamos con tres habitaciones, una para cada hijo», manifestó Jenny con alegría.
Así como estas dos mujeres, ocho familias más fueron beneficiadas con sus nuevos hogares: dos en Salamina, dos en La Merced, dos en Supía, un más en Marquetalia y una en Riosucio. Para un total de 10 viviendas entregadas el fin de semana pasado.
La Revolución de la Vivienda, continuará trabajando sin descanso por cumplir el sueño de un hogar digno para las familias caldenses.