


En medio de las verdes montañas del oriente caldense, dos proyectos de placa huella han comenzado a reescribir la historia de movilidad y desarrollo en las veredas Florida Baja, en Marquetalia, y Marzala, en Victoria. Con una inversión cercana a los 88 millones de pesos en Marquetalia, financiados en gran parte por la Gobernación de Caldas ($73,3 millones) y con un importante aporte del Comité de Cafeteros ($14,6 millones), estas obras de infraestructura vial, aunque modestas en longitud, han generado un impacto gigantesco en la vida de sus habitantes.
La entrega de estas placas huella no es solo la inauguración de unos cuantos metros de concreto; es la materialización de un sueño largamente anhelado por comunidades que, hasta hace poco, enfrentaban grandes dificultades cada vez que necesitaban desplazarse.
En Florida Baja, Marquetalia, se intervinieron 55 metros en un punto que por años había sido crítico, debido al constante deterioro de la vía provocado por el caudal de agua. Esta carretera, que conecta con el municipio de Manzanares, era intransitable durante buena parte del año, dificultando el transporte de productos como plátano, café, aguacate y panela, esenciales para la economía local. La placa huella llegó como una solución definitiva, permitiendo mejorar el paso de vehículos y reduciendo los costos de movilización para decenas de familias campesinas.
En Victoria, doña Nancy González, vicepresidenta de la JAC Marzala, describe vívidamente el panorama previo a la intervención: “La vía cuenta con aproximadamente 7 kilómetros de trocha”, relata, explicando que el tramo de 45 metros donde hoy se construyó la placa huella era un punto de alta accidentalidad, especialmente para los motociclistas. El mal estado de la carretera no solo prolongaba los tiempos de viaje, sino que representaba un riesgo constante de accidentes, incrementándose drásticamente durante las temporadas de lluvia.
La afectación era integral, el transporte de productos agrícolas, el acceso a servicios de salud y educación, e incluso el comercio local, se veían seriamente obstaculizados.
La noticia de la construcción fue recibida con “gran agrado” por la comunidad, conscientes del “impacto positivo” que la obra traería. La participación comunitaria fue ejemplar, desde la socialización del proyecto, proponiendo la ubicación idónea, hasta la adaptación a las incomodidades temporales durante el mes de construcción, como los trasbordos y la reorganización de actividades personales y comerciales.
El trabajo conjunto entre la Gobernación de Caldas, la Alcaldía y el Comité de Cafeteros ha sido, según la vicepresidenta, “excelente”. Destacando la disposición a escuchar solicitudes, la atención constante al desarrollo del proyecto y, especialmente, la labor de los equipos técnicos, calificada como “destacable”.
Desde la entrega de las placas huella, los cambios son notorios. La movilidad ha mejorado “significativamente”, especialmente para los motociclistas, quienes ahora transitan con mucha más seguridad por lo que antes eran tramos de alto riesgo. La tranquilidad y la seguridad al desplazarse son evidentes, beneficiando a toda la comunidad.
Pero el impacto va más allá de la seguridad vial. La reactivación del comercio es una realidad. Productos como el cacao, plátano, y productos derivados de la porcicultura ahora se movilizan con mayor facilidad, impulsando la economía local y mejorando la calidad de vida de las familias.
El mensaje de doña Nancy para quienes hicieron posible esta obra es claro, “agradecemos su interés y, lo más importante, su cumplimiento. ¡Que no se queden solo en palabras, sino que se vean los hechos!”.
Estas pequeñas obras, como la placa huella, son cruciales porque “acercan la zona rural a la urbana de manera más eficiente, facilitando el acceso a servicios de salud, educación, comercio y reduciendo los tiempos de desplazamiento para las familias”. Son, en esencia, la chispa que enciende el progreso y la esperanza en el corazón de las comunidades rurales de Caldas.
Finalizando el recorrido, el gobernador de Caldas anunció a las comunidades que, para este año, se tendrán $4 mil millones para inversión en placas huella, $3.200 millones del departamento y $800 millones cofinanciados con el Comité de Cafeteros. “Le estamos diciendo a las comunidades, a los alcaldes: ayúdennos. Este año vamos a tener un endeudamiento para placas huella de $15.000 millones. Esperamos una financiación uno a uno. Por cada peso que los alcaldes nos den, nosotros vamos a poner otro para que estas placas huella se extiendan”, explicó el mandatario. Y concluyó: “Ojalá con el apoyo de la comunidad. Eso nos permite abaratar la obra y tener mayor metraje. Son programas, pequeñas obras, que le cambian la vida a las comunidades”.
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Henry Gutiérrez Ángel, gobernador de Caldas
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Jorge Ricardo Gutiérrez Cardona, secretario de Infraestructura de Caldas
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Juan Alberto Vargas Osorio, alcalde de Victoria
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Julián Andrés Villegas, secretario de Infraestructura de Marquetalia
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Yesica Gil, ingeniera del Comité de Cafeteros
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Nancy González, vicepresidenta de la JAC de Marzala
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José Hernando Marulanda, habitante de Florida Baja e integrante del Comité Municipal de Cafeteros